¡Hola, viajeros! Sé que ha pasado muchísimo tiempo sin escaparme a Radhuk. No obstante, ha sido por una buena razón y os la quiero contar: Desde enero estoy escribiendo una historia ajena al blog. ¡Nada más y nada menos que el borrador de una novela! Me he dedicado casi por entero a ello y, aunque todavía tengo bastante camino por delante, estoy muy ilusionada con el proyecto. Me lo tomo calma, eso sí, sin prisa pero sin pausa, pues, a fin de cuentas, ya sabéis que el trabajo ocupa gran parte de mi tiempo. ¡Ojalá un día pueda dedicarme por entero a escribir! Sin embargo, mientras ese momento llega (espero que lo haga en un futuro), tengo que organizarme bien para optimizar mis horas libres.
En cualquier caso, echaba de menos Crónicas de Radhuk, cómo no, y he querido regresar con un brevísimo texto que me recuerda a los inicios del blog, cuando hablábamos de una manera un tanto críptica del amor descarnado y perdido. ¿Os acordáis? ¡Es que este rinconcito literario ya tiene algunos años!
No es el único relato que he redactado estos días. Tengo en mi carpeta de Borradores varios más a medio escribir y los iré publicando poquito a poco. Además, tal y como hiciera con El Guerrero a la Sombra del Cerezo, os adelanto que estoy preparando una nueva vídeo-reseña sobre los dos primeros libros de la saga de The Witcher: El Último Deseo y La Espada del Destino, así que hay Crónicas de Radhuk para rato.
Espero de corazón que os encontréis bien. Esta pandemia nos ha pasado factura a todos, pero estoy convencida de que pronto saldremos de esta. No nos descuidemos, estamos en la recta final.
¡Feliz lectura!
LEER MÁS