Los últimos de Torrijos

Hay algo que no hemos dejado de hacer este año: caer y levantarnos. Constantemente. Por una cosa o por otra. Las siguientes líneas reflejan una triste realidad: Los comerciantes del mercado Torrijos podrían perder sus puestos de trabajo.

Hace muy poco un diario se hacía eco de la noticia. «Los últimos de Torrijos», así rezaba el titular y así he querido llamar también a este post porque me ha parecido tan triste como categórico: sí, son los últimos que quedan. La publicación desgranaba la incesante lucha entre los pequeños comerciantes y un titán como Numulae, sociedad anónima de tipo mercantil, una entidad decidida a hacer del mercado un centro comercial y un gimnasio. Los dueños de sus negocios se encuentran contra las cuerdas: Si un juez no lo impide (el proceder de la socimi parece ser de dudosa ética), todos ellos podrían echar el cierre definitivamente.

Casi nadie habla de ello, pero está pasando. Por eso, desde este humilde rincón de literatura, he querido dedicar unos párrafos a describir brevemente a dos de esos pequeños comerciantes que día a día están al pie del cañón detrás del mostrador: mis padres.

No permitamos que les quiten ni a ellos ni a sus compañeros lo que por derecho les corresponde. Se nos acaba el tiempo. Por favor, #SalvemosTorrijos.

¡Muchas gracias por visitar Crónicas de Radhuk y por todo vuestro apoyo!

Besos literarios y hasta el próximo relato.

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