Caballo de vapor

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Caballo de vapor, Crónicas de Radhuk

Luminarias. Una tradición de origen desconocido que aún continúa celebrándose cada 16 de enero en la localidad abulense de San Bartolomé de Pinares. Inolvidable y mágica para quien contempla el espectáculo, es también una temática recurrente en este blog cuando se acerca la esperada noche. Y este año no podía faltar el correspondiente relato inspirado en una fiesta que no tiene palabras para ser descrita. Hay que vivirla. Hay que sentirla.

Espero que disfrutéis de estos caballos de vapor 🙂

¡Besos literarios!

Caballo de vapor, Crónicas de Radhuk

Hoy en calma descansa mi pueblo. Mañana de pulcro silencio, erguidas las ramas de los árboles abrazando el cielo. Y se funde la madera con el amanecer rosado y tardío, quizás aún en sueños despierto; quizás aún dormido, soñando con el fuego que anoche agitó los corazones y sacudió los pensamientos. Resuenan las campanas ahora, resonaron ayer entre el empedrado de las calles teñido de naranja y verde. Una trompeta, un tambor. Pero fueron incontables las pulsaciones por minuto, las ovaciones silenciadas por el trote de los cascos que volaban sobre los adoquines resbaladizos.

Se acalora el invierno entre las montañas vestidas de oro y ámbar. La escarcha se rinde. Bandera blanca, como blanco el corcel de cuento que baila perdido en el fuego, arrullado por las llamas. Caballo de humo y ceniza, caballo de vapor. Su figura se diluye al final de la calle antes de atravesar la siguiente hoguera a toda velocidad, allí donde el frío se quema en las brasas que arropan la tierra. Allí donde se unen coraje y corazón. Tradición y leyenda. Realidad y ficción. Allí donde se desconoce el principio y el final entre el cuatralbo y jinete, celados por las estrellas que alumbran Castilla, resplandeciendo su plata en la montura. Observan en la soledad y quietud del cielo las Luminarias como si fueran decenas de luciérnagas naranjas ejecutando una milenaria danza.

Noche de candela; mañana de ceniza.

Hoy en calma descansa mi pueblo. Ayer, soñó. Y los sueños prendieron el fuego. Y sobre el fuego volaron mil caballos de vapor.

  1. Ene 21, 2017 10:58 am

    Esther qué bonito, como he sentido leyendo.
    GRACIAS

    • Feb 4, 2017 3:52 pm

      @Nuria

      Muchas gracias a ti, Nuria. Me alegro de que te haya gustado 🙂

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