Oro viejo en tierras de Castilla

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El eco entre las montañas del valle consigo lleva el aroma del humo. Y resuenan las herraduras por las calles, resuenan pisando fuerte el frío empedrado, testigo del tiempo viejo y desgastado. Adoquines de pasos, de trotes y galopes. Adoquines grises sembrados de un verde que arde, que el amanecer vestirá de cenizas. Se pierde el viento entre las crines que acarician las llamas. Y esos ramos de fuego prendidos, del caballo y jinete su cobijo, atraen al alma de latidos del corazón acompasada, enamorada.

Ora se odian el calor y el frío de enero, ora se aman con una locura insana. Se susurran al oído la voz del silencio roto por los cascos, por las chispas naranjas danzando sobre la piedra de polvo y brasas. Muescas al paso de las herraduras en el suelo quedan, testigos del corcel estrellero que convierte el cuento en leyenda. Y resuena, resuena el eco entre las montañas. Resuena en las calles, en el cielo negro de esta noche de invierno, esta noche mágica. De esta noche de sueños.

Jason O'Halloran2b
Oro. Oro viejo en tierras de Castilla. Los ojitos negros del caballo relampagueando en ellos las llamas que se acercan, que acarician su piel castaña, casi besándola con labios rojos que susurran poesía encendida, que están delante, a los lados… y de pronto es tan sólo el paisaje lejano, como los recuerdos de la infancia cuando las arrugas coronan nuestra frente blanca. De pronto están detrás, en la memoria. Y resurgen como las cenizas de un amor prohibido año tras año. En cada esquina, en cada teja, en cada grano de arena, en cada partícula de aire teñida de humo. En cada palabra silenciada por la emoción del momento, del sentimiento que brota cuando jinete y caballo son uno saltando las hogueras, como si el fuego nos hubiera declarado la guerra.
Y otra vez volverán a odiarse el calor y el frío. A odiarse mientras se aman. Otra vez acariciarás las crines de Triana con la mirada perdida en el horizonte vidrioso y los mismos nervios de siempre. Y de nuevo contendréis el aliento. Y otra vez estarás aquí, en tu pueblo, corriendo las Luminarias de San Bartolomé de Pinares, viviendo tu noche de cuento.

Fotografías y vídeo: Esther Ampuero Gordo

  1. Ene 30, 2015 3:20 pm

    Por supuesto que no hay palabras para describir la belleza de este reportaje. Enhorabuena otra vez.

    Nicolás

  2. Feb 6, 2015 11:09 am

    ¡Muchas gracias, Nicolás! Me alegra verte de nuevo por el blog.
    ¡Abrazos!

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