Una corresponsal en Radhuk

Parque de los Espinos, San Bartolomé de Pinares (Ávila) Esther Ampuero Gordo

Más allá de este cielo y sus estrellas existe una tierra tan desconocida como peligrosa. Todo un mundo de posibilidades fantásticas que se extiende hasta los límites del horizonte. Bosques laberínticos y vírgenes donde habitan criaturas jamás avistadas por el hombre, donde los árboles cuentan secretos y tararean nanas para acunar al viento que mece sus hojas. Lluvias de plata que tiñen de gris pueblos y montañas, escondite de dragones extintos y crueles ladrones. Ciudades devastadas por el horror en aquellos tiempos de guerra, callejuelas que son testigos de amores imposibles, torreones aún bañados por el aura de la magia. Días que enseguida acaban; noches que duran eternamente. Radhuk, alumbrado por las siete lunas que al atardecer coronan su firmamento, es una pincelada de todo lo prohibido por el presente real, una idea que se volatiliza. Pero también es el lugar donde he establecido mi corresponsalía, mi pequeño refugio de cristal donde escribo las crónicas de lo que empieza a cobrar fuerza. Escribir, escribir, escribir, aprender, mejorar, escribir, escribir… Por ahí van los tiros. Porque más allá de este cielo y sus estrellas, más allá de lo que vemos e incluso pasando por encima de lo que sentimos, hay, ante todo, una historia que contar. La de Radhuk y sus crónicas. La mía… y te invito a que de igual modo sea la tuya.

Esther Ampuer Gordo

¡Hola a todos y bienvenidos a Radhuk! O, para entendernos, bienvenidos a este blog. Mi nombre es Esther (con H, por favor) y soy, digamos, un intento de periodista, aunque voy dejando poquito a poco eso del «intento» de lado. A fin de cuentas, estoy en tercero de carrera y apenas me quedan un par de cursos para terminar. Pero soy más que eso. Dejé constancia de ello en mi Twitter. Soy una fotógrafa en potencia y, a ratos, escritora. Eso viene a explicar las caóticas líneas que han aparecido al principio de esta entrada y que hablan de un mundo completamente fantástico. Por aclararlo un poco, Radhuk es parte de una historia que tengo en mente escribir en un futuro no muy lejano, siempre y cuando termine otra en la que llevo trabajando desde hace algún tiempo.

¿Cuál es la razón de este blog? Bien, a lo largo de los últimos cuatro años he estado rondando por Internet con otro nombre de usuario más conocido (especialmente en YouTube). Tenía por hobbie editar vídeos y colgarlos en mi canal, que lleva más de un año inactivo por falta de tiempo y porque me han surgido otros intereses. Me gustaba mucho, era muy entretenido, aunque las batallas con mi programa de edición resultaban continuas. Con la tontería de formar parte de la comunidad de YouTube, fui aprendiendo pinceladas acerca del mundo de la edición, composición de planos, efectos, continuidad… Y también algo muy importante: inglés. Solía subir un vídeo a la semana o cada dos semanas y las descripciones del mismo las escribía tanto en inglés como en castellano. Era todo un reto que me sirvió de mucho durante un par de años. Me encantaba. Adoraba editar vídeos y compartirlos con gente a la que también le gustaba la edición. No quería dejarlo, sentía que me debía a los suscriptores que disfrutaban con mis vídeos y que me pedían que siguiera editándolos. No pudo ser así. Pero a pesar del tiempo, de este año que ha pasado, los suscriptores de ese canal siguen creciendo a día de hoy, y eso es algo que agradeceré siempre. No es fácil conseguir más de 3500 y para mí ha sido todo un logro alcanzar esa cifra.

Por aquel entonces también dibujaba. Empecé fijándome en dibujos ya hechos. Pero con la práctica, era yo misma la que creaba mis propios trazos. Nunca probé técnicas excesivamente complicadas ni más material que un folio en blanco, un lápiz de grafito, una goma de borrar y un rotulador negro. Tal vez algunas plantillas para hacer los fondos. Dibujaba lo que quería, cuando me apetecía y como me daba la gana. Me relajaba muchísimo escuchar música mientras deslizaba el lápiz de aquí para allá sobre la hoja de papel. Primero la idea, luego el boceto, la realización del dibujo y el acabado con el rotulador. Eran dos de mis aficiones favoritas. Aunque, de igual modo, esto también lo dejé principalmente por falta de tiempo, porque para bien o para mal y a pesar del síndrome de Peter Pan, crecemos, maduramos (unos más que otros) y nos hacemos mayores.

Tengo ganas de retomar todo aquello que se quedó guardado entre mis diecisiete y mis dieciocho años, sinceramente, pero no ahora. Ahora es tiempo de hacer otras cosas,  de cambiar, de crecer y de seguir madurando. Antes me expresaba de aquella manera. A día de hoy quiero compartir algo más de mí con aquel que lea estas líneas. Y es por eso que este blog es una ventana dedicada a mostrar lo que me gusta: el periodismo, la literatura y la fotografía.